Ayudita a Alberto... que fué quien publico esto en otro sitio
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UN PASEO LITERARIO POR TÁNGER
© Abdellatif Bouziane - Febrero/2007 - TANGEREXPRESS.COM
El Café de París en Tánger - FRANCK PRIGNET
© Abdellatif Bouziane - Febrero/2007 - TANGEREXPRESS.COM
El Café de París en Tánger - FRANCK PRIGNET
Tánger ha sido una ciudad abierta y mestiza como pocas en la historia.. Quizá sólo comparable en el siglo pasado a Alejandría o Trieste en el período de entreguerras o al Shangai anterior a la invasión japonesa. Sin embargo sobre ninguna ciudad ha llovido tanta literatura como sobre Tánger. Por otra parte ninguna ciudad ha sido tan española y a la vez tan internacional como esta puerta europea de África. Como dice Eduardo Jordá “Basta darse una vuelta por el Zoco Chico para comprobar hasta qué punto la heterogeneidad de razas, arquitecturas, lenguas y religiones constituye la única seña de identidad permanente de Tánger.” Una idea de ello nos la da el hecho de que, al acabar la II Guerra mundial, llegó a ser propuesta como sede de la ONU.
La mirada francesa: El gusto por el exotismo colorista:
« J’arrive maintenant à Tanger. Je viens de parcourir la ville. Je suis dans ce moment comme un homme qui rêve et qui voit de choses qu’il craint de voir lui échapper… »
Eugène Delacroix
« Des maisons blanches jetées pêle-mêle sur la crête et au flanc d’une colline ; un minaret luisant et carré ; des murailles crénelées, des canons de fer entre les créneaux ; un drapeau rouge, une plage aride, une mer superbe, le tableau est tout fait. »
Charles Didier, Promenade au Maroc, 1844
« Bâtie en amphithéâtre et se détachant sur le bleu du ciel et de l’Océan, la ville déroule à la vue ses nombreuses maisons blanches à terrasses plates, ses deux minarets, l’un rose et l’autre vert, ses vieilles murailles crénelées et la citadelle à droite dominant le tout. »
Fernand Schickler, Notes de voyage, 1860
« Le voici à deux heures de son Europe (…) ; qu’il se retourne : il peut voir la côte d’Espagne, la nébuleuse grisâtre qu’y mettent les maisons de Tarifa, et Gibraltar dressant son massif signal de rocher. Mais ici ! Autour du steamer qui ‘a amené, à peine ancré, évolue déjà l’étrange »
Edmond Picard, El-Moghreb Al Aksa, 1889
« Elle est tout près de notre Europe, cette première ville marocaine, posée comme en vedette sur la pointe la plus au Nord de l’Afrique… Vue du large, elle semble presque riante, avec ses villas alentour bâties à l’européenne dans des jardins : un peu étrange cependant, avec ses murs d’une neigeuse blancheur, sa haute casbah crénelée, et ses minarets plaqués de vieilles faïences. »
Pierre Loti, Voyages (Au Maroc, 1889)
« La mer par la perspective, semblait suspendue au-dessus de la ville. D’un seul regard, on embrassait l’Europe et l’Afrique, l’Atlantique et la Méditerranée, avec, les
joignant, pâle dans le crépuscule, le détroit comme un bras nu de femme. »
Henri de Montherlant, Un Noël à Tanger, 1930
« …cette ville pour moi représentait si bien, si magnifiquement la Trahison que c’est là, me semblait-il que je ne pourrais qu’aborder. »
Jean Genet, Journal du voleur
La mirada de los españoles: ¿España en África o África en España?:
« El Zoco Chico es la Puerta del Sol de Tánger; se habla, se fuma se toma café y sobre todo se miente allí como en la famosa plaza madrileña.”
Pío Baroja, 1903
“Cuando se llega allí, como yo llegué, desde Tetuán, tan eminentemente mora, la decepción que se experimenta es terrible. Tánger es, sencillamente, un puerto europeo con muchos moros.”
Ángel Cabrera
“Se ven los agentes de la Policía española, con su severo y elegante uniforme azul; los padres franciscanos de la Misión, con sus hábitos pardos; las religiosas, con sayas y tocas al estilo de nuestra tierra, y correo español con sellos españoles, hospital español, farmacias y escuelas españolas y, sobre todo, que nuestra moneda es la que rige y circula por todas partes, ¿se podrá negar que entre las múltipels fases de la vida cosmopolita de Tánger, las más salientes, las más importantes, son españolas, pura y exclusivamente españolas?”
Vicente Vera
“Allí se encuentra uno a los amigos sin buscarlos. Yo me topé con un moro español, que estuvo de espía a nuestro servicio, y el cual me presentó a otros tres o cuatro musulmanes que celbré mucho conocer. Juntos estuvimos en el “Palmarium” por la noche. Charlamos con interés contemplando ese público especial de ville de plaisir a lo Montecarlo o Niza; rostros de aire audaz, de miradas turbias, gentes de gran elegancia con tintes de apachismo. Uno de mis musulmanes era inspector de espectáculos. Hombre fino, pulcro, de puro perfil griego, vestido a la europea, tocaba su cabeza con un fez o chechía. Había nacido en Trípoli. Hablaba en fracés y su conversación era irónica, educada, culta.”
Ernesto Jiménez Caballero, Notas marruecas de un soldado
La perspectiva anglosajona: de la mirada colonial a la existencial
“Los soldados rondan por las calles borrachos como perros, y hay quien jura que el brandy ha matado aquí más hombres que los mismos moros.” “Se dice que el gobernador ha dejado preñada a la hermana de su mujer y ha tenido que mandarla a España para que dé a luz lejos de aquí. Y mientras él se refocila con sus putas en una pequeña casa de baños, su esposa, a la que no deja salir de su casa por miedo, manda llamar a sus galanes y se comporta como una ramera en su propia casa. No hay duda de que las mujeres de esta ciudad, hablando en general, no son más que putas”
Samuel Pepys, Almirantazgo inglés
“Aquí el contrabando es una profesión muy importante y su mano de obra se cuenta por millares”
Truman Capote
“Esta ciudad vive de su esplendor pasado. Los hoteles y los bares están vacíos. Hay inmensas villas de estuco rosado que están atacadas por la decrepitud incluso antes de haber sido terminadas. Dentro de unos pocos años las familias árabes las ocuparán con sus cabras y sus gallinas.”
William Burroughs, 1954 Carta a Allen Ginsberg
“Tánger era una falsificación; una sala de espera entre conexiones, una transición de una manera de ser a otra, algo que, de momento, no era ninguna de las dos cosas”
Paul Bowles Déjala que caiga, 1952
La dura mirada de Choukri:
« On dit que Tanger pleure celui qui ne connaît pas, et qu’on la pleure quand on l’a vue. Celui qui en tombe amoureux souffre à en mourir… »
Mohammed Choukri, Le pain nu
“La propia noche de Tánger, que hasta hace poco conservaba algo de su juventud y de su belleza, hoy se ha convertido en una vieja decrépita, obesa, repugnante y cubierta de mierda. Se ha vuelto salvaje y ya no inspira calma ni serenidad. Sé que se libra de las acusaciones dirigidas contra ella, de las sospechas que despierta. Sé que ampara los crímenes, que es su cómplice, y, a pesar de todo, nunca estaré en contra de ella: no renegaré de nuestra antigua convivencia, porque le debo mucho, por los tiempos en que fue mi bienhechora, también aliada; por los tiempos en que me apoyó, en la dificultad y en la incertidumbre. No seré un ingrato, pero tampoco hoy seré cómplice del horror de los crímenes perpetrados contra inocentes criaturas de los que no se arrepiente.”
“Ricardo no siente nostalgia cuando visita a su madre. Su amor por Tánger es más fuerte. No sabe cómo deshacerse de su nostalgia obsesiva por la ciudad. Una vez me dijo: —Cualquiera que llega a Tánger la quiere violar aun sin ser su legítimo señor”—. Algunos de sus habitantes autóctonos añoran la época colonial, a pesar de esa desgracia, porque reinaba el orden y la seguridad.”
“—¿Y Tánger?
—Todavía vivo allí, pero no estoy al corriente de las novedades. No más de dos o tres cafés y mi casa, cuyo techo no se me ha caído aún encima. Ya no conservo mis antiguas costumbres callejeras.
—¿Has envejecido entonces?
—Ella es la que ha envejecido. ¡La han embalsamado...!
—¿Quién traicionó a quién?
—Nos ignoramos sin separarnos.
—De vez en cuando viene bien rebelarse. Renueva la amistad.
“—Quieren hacer de la ciudad el París de Marruecos y la pobre infeliz se está debatiendo para salir del remolino de miseria que la envilece y ahoga.”
Mohammed Choukri, Rostros, amores, maldiciones
Algunas paradas del paseo literario:
Café colón: Se hizo mundialmente famoso porque es el lugar, junto al hotel Continental, que eligió Bertolucci para presentar a Paul Bowles delante de sus personajes en El cielo protector.
Librairie des Colonnes: Rachel Mouyal es la albacea testamentaria (con su galería de retratos en la trastienda) de todos los escritores que han vivido y soñado en Tánger. Lo que no esté en sus estanterías sobre Tánger (y su pasado mítico) es que no está escrito.
Café de París: Es a Tánger lo que fue el café de Flore al Barrio Latino de París. Desde 1920 la lista de escritores que han pasado por aquí es interminable: Todos los amigos de Bowles y su mujer Jane: Gregory Corso, Gore Vidal, John Hpkins, David Herbert, Marguerite McBey,... y una larguísimo etcétera; también Paul Morand, Samuel Beckett, Jean Genet, Truman Capote, François Sagan, Joe Orton, William Burroughs, Allen Ginsberg, Jack Kerouac, ... Y los escritores marroquíes que surgieron después Mohammed Mrbet, Mohammed Choukri, Tahar ben Jelloun,...Todavía puede verse algún rostro famoso.
Café Hafa, Porte y la Mar chica: Menos legendario pero con no menos tradición literaria (el Hafa desde 1921). Fueron testigos de las últimas juergas de la llamada generación de la diáspora tangerina. Ángel Vázquez, Eduardo Haro Tecglen, Ramón Buenaventura, Emilio Sanz de Soto, José Hernández, Alberto Pimienta, Pepe Cárleton. También pasaron por aquí los Beatles y los Rolling Stones.
La Legación Americana.
El Sultán de Marruecos fue el primer gobernante del mundo que reconoció, en 1791, la independencia del país que hoy rige los destinos el mundo. La Legación Americana conserva además de valiosas obras de arte, una extraordinaria biblioteca.
Teatro Cervantes: Es difícil encontrar un espacio cultural con un pasado más cosmopolita y diverso. En sus años gloriosos se sucedía lo mejor de la escena española y francesa: Un día actuaba Sarah Bernard o la Comédie Française, otro Margarita Xirgu o María Guerrero, pasó lo mejor de la copla española de los años 50 (Raquel Meyer; Imperio Argentina, Concha Piquer, Manolo Caracol,...). Se representaba el Otelo de Shakespeare en árabe y se estrenaba el mejor cine (desde Walt Disney hasta Orson Wells) en versión original.
Hoteles y casas de huéspedes ilustres:
En el Hotel Villa de Francia es legendaria la habitación 35 en la que vivió Matisse entre 1911-1912. El Rembrandt alojó a Tennessee Williams en 1948 y 49. En EL-Minzah Rita Haywork, Churchill, Jean Genet, el rey Juan Carlos. Antes de vivir en el inmueble Itesa Bowles vivió en la esquina de la calle Amrah con Maimouni. Allí escribió Déjala que caiga. Después acabó en manos de la amante de Jane.
Siete novelas que indagan en el alma de una ciudad:
Déjala que caiga de Paul Bowles. La más tangerina de todas las novelas de Bowles. Retrato magistral de la edad dorada internacional. La vida perra de Juanita Narboni de Ángel Vázquez. Aunque la vida de su autor es su mejor novela, Antoñito (como le conocía todo el mundo) retrata magistralmente la decadencia de Tánger en un castellano eterno que siempre se habló en sus calles. El pan desnudo de Mohammed Choukri. Imprescindible para conocer el lado salvaje marroquí de Tánger, ignorado casi siempre. Toda la obra de Choukri tiene a Tánger como una constante. Rostros, amores, maldiciones es la última visión descarnada del Tánger de nuestros días.
Tangier Buzzless Flies de John Hopkins. Vivió diecisiete años en Tánger y se casó en la iglesia de St. Andrews. Aunque hoy ocupa una vicaría en Oxford retrató a su manera aquellos maravillosos años.
Reivindicación del Conde don Julián de Juan Goytisolo. Antes de vivir en Marrakech Goytisolo utiliza Tánger como símbolo de nuestra identidad mestiza. De paso se dedica a destruir nuestros mitos históricos.
El año que viene en Tánger de Ramón Buenaventura. Testamento generacional de la llamada diáspora tangerina. Tánger es el símbolo una manera vitalista de entender la vida .
Frontera de arena de Susana Fortes. Retrato lleno de intriga de los años dorados de Tánger.
Tánger en la pintura y el cine:
El cine o la pintura darían para otro paseo en exclusiva. Si la nómina de escritores es larga la de pintores no lo es menos. La luz de Tánger encontraron inspiró a Delacroix, Fortuny, Georges Clairin, Jacques Majorelle, James Wilson Morrice, Kees Van Dongen, Claudio Bravo, Matisse, Francis Bacon, el tangerino José Hernández; hasta recientemente el modisto Yves Saint-Laurent protagonizaba célebres fiestas.
El cine es capítulo aparte. La mítica Casablanca de Michael Curtiz debiera haberse llamado Tánger. Razones políticas de última hora lo impidieron (Tánger era neutral y Casablanca formaba parte de la Francia de Vichy cuando Estados Unidos estaba a punto de entrar en guerra). Sin embargo toda la película está impregnada del espíritu de encrucijada cosmopolita que tenía Tánger en esos años. Y tangerinos son todos sus personajes. Ya antes, en los años treinta, Marruecos de Joseph von Stenberg (con Marlene Dietrich y Gary Cooper) servía de escenario a sus delirios románticos (como más tarde lo sería El embrujo de Shangai).
Retratos de Tánger de última hora son Fântomes de Tanger de Edgardo Cozarinsky. Cruce de los sueños del pasado dorado con los de una juventud que sueña con pasar el estrecho. Vida perra de Javier Aguirre es una interesante adaptación de la novela de Ángel Vázquez con una Esperanza Roy en estado de Gracia. En Tánger se rodaron cerca de una docena de películas españolas en los años 40 y 50 desde A mí la legión hasta La rosa de Tánger. Las producciones francesas con mayor o menor protagonismo de la ciudad son también numerosas por no hablar del cine marroquí.
Tánger también está presente en películas recientes como El viento y el león de John Milius con Sean Connery y, cómo no, en El cielo protector de Bertolucci.
Una revisión imprescindible de toda la historia de Tánger es el documental de Javier Rioyo, Tánger, esa vieja dama.
La mirada francesa: El gusto por el exotismo colorista:
« J’arrive maintenant à Tanger. Je viens de parcourir la ville. Je suis dans ce moment comme un homme qui rêve et qui voit de choses qu’il craint de voir lui échapper… »
Eugène Delacroix
« Des maisons blanches jetées pêle-mêle sur la crête et au flanc d’une colline ; un minaret luisant et carré ; des murailles crénelées, des canons de fer entre les créneaux ; un drapeau rouge, une plage aride, une mer superbe, le tableau est tout fait. »
Charles Didier, Promenade au Maroc, 1844
« Bâtie en amphithéâtre et se détachant sur le bleu du ciel et de l’Océan, la ville déroule à la vue ses nombreuses maisons blanches à terrasses plates, ses deux minarets, l’un rose et l’autre vert, ses vieilles murailles crénelées et la citadelle à droite dominant le tout. »
Fernand Schickler, Notes de voyage, 1860
« Le voici à deux heures de son Europe (…) ; qu’il se retourne : il peut voir la côte d’Espagne, la nébuleuse grisâtre qu’y mettent les maisons de Tarifa, et Gibraltar dressant son massif signal de rocher. Mais ici ! Autour du steamer qui ‘a amené, à peine ancré, évolue déjà l’étrange »
Edmond Picard, El-Moghreb Al Aksa, 1889
« Elle est tout près de notre Europe, cette première ville marocaine, posée comme en vedette sur la pointe la plus au Nord de l’Afrique… Vue du large, elle semble presque riante, avec ses villas alentour bâties à l’européenne dans des jardins : un peu étrange cependant, avec ses murs d’une neigeuse blancheur, sa haute casbah crénelée, et ses minarets plaqués de vieilles faïences. »
Pierre Loti, Voyages (Au Maroc, 1889)
« La mer par la perspective, semblait suspendue au-dessus de la ville. D’un seul regard, on embrassait l’Europe et l’Afrique, l’Atlantique et la Méditerranée, avec, les
joignant, pâle dans le crépuscule, le détroit comme un bras nu de femme. »
Henri de Montherlant, Un Noël à Tanger, 1930
« …cette ville pour moi représentait si bien, si magnifiquement la Trahison que c’est là, me semblait-il que je ne pourrais qu’aborder. »
Jean Genet, Journal du voleur
La mirada de los españoles: ¿España en África o África en España?:
« El Zoco Chico es la Puerta del Sol de Tánger; se habla, se fuma se toma café y sobre todo se miente allí como en la famosa plaza madrileña.”
Pío Baroja, 1903
“Cuando se llega allí, como yo llegué, desde Tetuán, tan eminentemente mora, la decepción que se experimenta es terrible. Tánger es, sencillamente, un puerto europeo con muchos moros.”
Ángel Cabrera
“Se ven los agentes de la Policía española, con su severo y elegante uniforme azul; los padres franciscanos de la Misión, con sus hábitos pardos; las religiosas, con sayas y tocas al estilo de nuestra tierra, y correo español con sellos españoles, hospital español, farmacias y escuelas españolas y, sobre todo, que nuestra moneda es la que rige y circula por todas partes, ¿se podrá negar que entre las múltipels fases de la vida cosmopolita de Tánger, las más salientes, las más importantes, son españolas, pura y exclusivamente españolas?”
Vicente Vera
“Allí se encuentra uno a los amigos sin buscarlos. Yo me topé con un moro español, que estuvo de espía a nuestro servicio, y el cual me presentó a otros tres o cuatro musulmanes que celbré mucho conocer. Juntos estuvimos en el “Palmarium” por la noche. Charlamos con interés contemplando ese público especial de ville de plaisir a lo Montecarlo o Niza; rostros de aire audaz, de miradas turbias, gentes de gran elegancia con tintes de apachismo. Uno de mis musulmanes era inspector de espectáculos. Hombre fino, pulcro, de puro perfil griego, vestido a la europea, tocaba su cabeza con un fez o chechía. Había nacido en Trípoli. Hablaba en fracés y su conversación era irónica, educada, culta.”
Ernesto Jiménez Caballero, Notas marruecas de un soldado
La perspectiva anglosajona: de la mirada colonial a la existencial
“Los soldados rondan por las calles borrachos como perros, y hay quien jura que el brandy ha matado aquí más hombres que los mismos moros.” “Se dice que el gobernador ha dejado preñada a la hermana de su mujer y ha tenido que mandarla a España para que dé a luz lejos de aquí. Y mientras él se refocila con sus putas en una pequeña casa de baños, su esposa, a la que no deja salir de su casa por miedo, manda llamar a sus galanes y se comporta como una ramera en su propia casa. No hay duda de que las mujeres de esta ciudad, hablando en general, no son más que putas”
Samuel Pepys, Almirantazgo inglés
“Aquí el contrabando es una profesión muy importante y su mano de obra se cuenta por millares”
Truman Capote
“Esta ciudad vive de su esplendor pasado. Los hoteles y los bares están vacíos. Hay inmensas villas de estuco rosado que están atacadas por la decrepitud incluso antes de haber sido terminadas. Dentro de unos pocos años las familias árabes las ocuparán con sus cabras y sus gallinas.”
William Burroughs, 1954 Carta a Allen Ginsberg
“Tánger era una falsificación; una sala de espera entre conexiones, una transición de una manera de ser a otra, algo que, de momento, no era ninguna de las dos cosas”
Paul Bowles Déjala que caiga, 1952
La dura mirada de Choukri:
« On dit que Tanger pleure celui qui ne connaît pas, et qu’on la pleure quand on l’a vue. Celui qui en tombe amoureux souffre à en mourir… »
Mohammed Choukri, Le pain nu
“La propia noche de Tánger, que hasta hace poco conservaba algo de su juventud y de su belleza, hoy se ha convertido en una vieja decrépita, obesa, repugnante y cubierta de mierda. Se ha vuelto salvaje y ya no inspira calma ni serenidad. Sé que se libra de las acusaciones dirigidas contra ella, de las sospechas que despierta. Sé que ampara los crímenes, que es su cómplice, y, a pesar de todo, nunca estaré en contra de ella: no renegaré de nuestra antigua convivencia, porque le debo mucho, por los tiempos en que fue mi bienhechora, también aliada; por los tiempos en que me apoyó, en la dificultad y en la incertidumbre. No seré un ingrato, pero tampoco hoy seré cómplice del horror de los crímenes perpetrados contra inocentes criaturas de los que no se arrepiente.”
“Ricardo no siente nostalgia cuando visita a su madre. Su amor por Tánger es más fuerte. No sabe cómo deshacerse de su nostalgia obsesiva por la ciudad. Una vez me dijo: —Cualquiera que llega a Tánger la quiere violar aun sin ser su legítimo señor”—. Algunos de sus habitantes autóctonos añoran la época colonial, a pesar de esa desgracia, porque reinaba el orden y la seguridad.”
“—¿Y Tánger?
—Todavía vivo allí, pero no estoy al corriente de las novedades. No más de dos o tres cafés y mi casa, cuyo techo no se me ha caído aún encima. Ya no conservo mis antiguas costumbres callejeras.
—¿Has envejecido entonces?
—Ella es la que ha envejecido. ¡La han embalsamado...!
—¿Quién traicionó a quién?
—Nos ignoramos sin separarnos.
—De vez en cuando viene bien rebelarse. Renueva la amistad.
“—Quieren hacer de la ciudad el París de Marruecos y la pobre infeliz se está debatiendo para salir del remolino de miseria que la envilece y ahoga.”
Mohammed Choukri, Rostros, amores, maldiciones
Algunas paradas del paseo literario:
Café colón: Se hizo mundialmente famoso porque es el lugar, junto al hotel Continental, que eligió Bertolucci para presentar a Paul Bowles delante de sus personajes en El cielo protector.
Librairie des Colonnes: Rachel Mouyal es la albacea testamentaria (con su galería de retratos en la trastienda) de todos los escritores que han vivido y soñado en Tánger. Lo que no esté en sus estanterías sobre Tánger (y su pasado mítico) es que no está escrito.
Café de París: Es a Tánger lo que fue el café de Flore al Barrio Latino de París. Desde 1920 la lista de escritores que han pasado por aquí es interminable: Todos los amigos de Bowles y su mujer Jane: Gregory Corso, Gore Vidal, John Hpkins, David Herbert, Marguerite McBey,... y una larguísimo etcétera; también Paul Morand, Samuel Beckett, Jean Genet, Truman Capote, François Sagan, Joe Orton, William Burroughs, Allen Ginsberg, Jack Kerouac, ... Y los escritores marroquíes que surgieron después Mohammed Mrbet, Mohammed Choukri, Tahar ben Jelloun,...Todavía puede verse algún rostro famoso.
Café Hafa, Porte y la Mar chica: Menos legendario pero con no menos tradición literaria (el Hafa desde 1921). Fueron testigos de las últimas juergas de la llamada generación de la diáspora tangerina. Ángel Vázquez, Eduardo Haro Tecglen, Ramón Buenaventura, Emilio Sanz de Soto, José Hernández, Alberto Pimienta, Pepe Cárleton. También pasaron por aquí los Beatles y los Rolling Stones.
La Legación Americana.
El Sultán de Marruecos fue el primer gobernante del mundo que reconoció, en 1791, la independencia del país que hoy rige los destinos el mundo. La Legación Americana conserva además de valiosas obras de arte, una extraordinaria biblioteca.
Teatro Cervantes: Es difícil encontrar un espacio cultural con un pasado más cosmopolita y diverso. En sus años gloriosos se sucedía lo mejor de la escena española y francesa: Un día actuaba Sarah Bernard o la Comédie Française, otro Margarita Xirgu o María Guerrero, pasó lo mejor de la copla española de los años 50 (Raquel Meyer; Imperio Argentina, Concha Piquer, Manolo Caracol,...). Se representaba el Otelo de Shakespeare en árabe y se estrenaba el mejor cine (desde Walt Disney hasta Orson Wells) en versión original.
Hoteles y casas de huéspedes ilustres:
En el Hotel Villa de Francia es legendaria la habitación 35 en la que vivió Matisse entre 1911-1912. El Rembrandt alojó a Tennessee Williams en 1948 y 49. En EL-Minzah Rita Haywork, Churchill, Jean Genet, el rey Juan Carlos. Antes de vivir en el inmueble Itesa Bowles vivió en la esquina de la calle Amrah con Maimouni. Allí escribió Déjala que caiga. Después acabó en manos de la amante de Jane.
Siete novelas que indagan en el alma de una ciudad:
Déjala que caiga de Paul Bowles. La más tangerina de todas las novelas de Bowles. Retrato magistral de la edad dorada internacional. La vida perra de Juanita Narboni de Ángel Vázquez. Aunque la vida de su autor es su mejor novela, Antoñito (como le conocía todo el mundo) retrata magistralmente la decadencia de Tánger en un castellano eterno que siempre se habló en sus calles. El pan desnudo de Mohammed Choukri. Imprescindible para conocer el lado salvaje marroquí de Tánger, ignorado casi siempre. Toda la obra de Choukri tiene a Tánger como una constante. Rostros, amores, maldiciones es la última visión descarnada del Tánger de nuestros días.
Tangier Buzzless Flies de John Hopkins. Vivió diecisiete años en Tánger y se casó en la iglesia de St. Andrews. Aunque hoy ocupa una vicaría en Oxford retrató a su manera aquellos maravillosos años.
Reivindicación del Conde don Julián de Juan Goytisolo. Antes de vivir en Marrakech Goytisolo utiliza Tánger como símbolo de nuestra identidad mestiza. De paso se dedica a destruir nuestros mitos históricos.
El año que viene en Tánger de Ramón Buenaventura. Testamento generacional de la llamada diáspora tangerina. Tánger es el símbolo una manera vitalista de entender la vida .
Frontera de arena de Susana Fortes. Retrato lleno de intriga de los años dorados de Tánger.
Tánger en la pintura y el cine:
El cine o la pintura darían para otro paseo en exclusiva. Si la nómina de escritores es larga la de pintores no lo es menos. La luz de Tánger encontraron inspiró a Delacroix, Fortuny, Georges Clairin, Jacques Majorelle, James Wilson Morrice, Kees Van Dongen, Claudio Bravo, Matisse, Francis Bacon, el tangerino José Hernández; hasta recientemente el modisto Yves Saint-Laurent protagonizaba célebres fiestas.
El cine es capítulo aparte. La mítica Casablanca de Michael Curtiz debiera haberse llamado Tánger. Razones políticas de última hora lo impidieron (Tánger era neutral y Casablanca formaba parte de la Francia de Vichy cuando Estados Unidos estaba a punto de entrar en guerra). Sin embargo toda la película está impregnada del espíritu de encrucijada cosmopolita que tenía Tánger en esos años. Y tangerinos son todos sus personajes. Ya antes, en los años treinta, Marruecos de Joseph von Stenberg (con Marlene Dietrich y Gary Cooper) servía de escenario a sus delirios románticos (como más tarde lo sería El embrujo de Shangai).
Retratos de Tánger de última hora son Fântomes de Tanger de Edgardo Cozarinsky. Cruce de los sueños del pasado dorado con los de una juventud que sueña con pasar el estrecho. Vida perra de Javier Aguirre es una interesante adaptación de la novela de Ángel Vázquez con una Esperanza Roy en estado de Gracia. En Tánger se rodaron cerca de una docena de películas españolas en los años 40 y 50 desde A mí la legión hasta La rosa de Tánger. Las producciones francesas con mayor o menor protagonismo de la ciudad son también numerosas por no hablar del cine marroquí.
Tánger también está presente en películas recientes como El viento y el león de John Milius con Sean Connery y, cómo no, en El cielo protector de Bertolucci.
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